jueves, 12 de diciembre de 2013

16 de diciembre Día de la lectura en Andalucía

La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Andaluz de las Letras, celebra este año el Día de la Lectura en Andalucía con actividades en torno a la obra 'Platero y yo' de Juan Ramón Jiménez, al cumplirse en 2014 el centenario de la primera edición de esta obra del Premio Nobel onubense.

Esta efeméride se estableció el 16 de diciembre, día del nacimiento de Rafael Alberti (16 de diciembre de 1902, El Puerto de Santa María, Cádiz - ibídem 28 de octubre de 1999) y fecha del homenaje al poeta Luis de Góngora organizado en el Ateneo de Sevilla en 1927, acto que dio lugar a la denominación de Generación del 27 para un grupo de poetas del cual forman parte, además de Alberti, otros ilustres poetas andaluces como Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre y los malagueños Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.

En nuestro centro vamos a celebrarlo también con varias lecturas de cuentos que se realizarán en el primer ciclo de la ESO y la lectura antes del recreo del siguiente relato ganador del Concurso Provincial contra la Violencia de Género de la alumna del centro Luisa Carmona Romero de 4º ESO A:

CON SOLO UN «NO»

Resuenan sus pasos sobre el suelo de mármol antiguo. Se pierde mirando la punta de sus zapatos blancos que asoman entre los bajos y encajes del vestido. Le tiemblan las piernas y los labios... Se siente confusa, debería sonreír, es lo que se suele hacer en estos momentos, unos de los más importantes y felices de su vida... o eso dicen todos... Pero ella sabe lo que hace. Sabe el maldito error que está cometiendo y donde se esta metiendo. Sabe que calla y lleva callando mucho tiempo. Un nuevo paso, avanza lentamente. Se piensa hasta que pie debe poner por delante del otro. Es insegura desde hace un tiempo. Y le arden las mejillas, como fuego que nace en las palabras que traga y se le inundan los ojos de lágrimas, como lava que brotan de ellos. Ahora el pie izquierdo. Más cerca, más miedo... que ella no quiere compartir nada con ese y menos la vida. Un barullo de sus gritos e insultos le martillan la cabeza. Aprieta los ojos y se intenta proteger del recuerdo de sus palabras, que van abriendo una llaga que se ahonda con cada golpe. Un paso más, esta vez con el pie derecho. Por primera vez levanta la vista, demasiada gente. Sus miradas le presionan y calla un suspiro. Sabe que aquellas personas la están esperando. Y entonces avanza de prisa. Y se para. También sabe que aquellos que la miran sonriendo no le dejarían nunca hacer lo que esta haciendo... si supieran todo lo que no saben. Que ellos la ayudarían. Le cae un mechón sobre la cara que maquillada esconde algunos moratones de no hace muchos días, nada grave solo un golpe... con el típico y falso pico de la mesa. Le cae el mechón sobre la cara como cuando él le atiza con el cinturón. Aprieta los ojos y quiere evitar el dolor que sintió y ha sentido tantas veces. El dolor que siempre ha callado... E indecisa, sube los escalones. Se muere del miedo, de lo que puede pasar si le lleva la contraria. Él le coge la mano, con fuerza. Incluso le duele. Aunque él siempre le ha dicho que es muy débil y delicada... Le hablan, está perdida, esta asustada y solo llega a escuchar: ¿Aceptas a este hombre como tu futuro esposo? ¡No! – grita valiente sabiendo que ahí se acaba todo, al mismo tiempo que se agacha intentando refugiarse de la paliza que espera que los demás puedan impedir y que sabe que él, como muchas otras veces, le quiere dar.

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